Miedo a los Backbend, cómo afrontar las extensiones de columna.
Sí eres de esas personas que no practica extensiones de columna o backbends por miedo eres de las mías. Yo nunca fui de esas niñas que en el cole hacían el puente ni acrobacias varias. Era más bien de las que tenían pavor a ese tipo de cosas. Siempre vi ese tipo de posturas como para otr@s practicantes, simplemente porque pensaba que no todo es para tod@s. Y sí bien es cierto que hay que tenerle mucho respeto y sobre todo hay que saber qué estamos trabajando en una extensión de columna, no fue hasta hace relativamente poco que pude saber, trabajando con mi maestro Pedro Arce, qué son realmente las extensiones y cómo se trabajan. De manera que es importante o diría que imprescindible afrontar estas posturas con una persona profesional que sepa guiarte, lesionarse aquí puede ser muy fácil sin un buen asesoramiento.
Convertir una postura gimnástica en una postura de yoga.
Cualquiera viendo una postura de extensión de columna o backbend, como urdhva dhanurasana (la rueda), puede asociarla rápidamente a eso a lo que algun@s jugaban de pequeñ@s en el recreo del cole. Pero a día de hoy ya sé que convertir eso en una postura de yoga para recibir todos sus beneficios, requiere una gran enfoque interno y meditativo. Sí obviamos esta parte y simplemente entramos a lo loco, apretando los dientes y respirando a trompicones con la mente distraída lo más seguro es que algún día nos lesionemos. De ahí siempre la presencia en la práctica a través de la respiración.

Partes implicadas en una postura de extensión de columna o Backbend
Lo primero que diría es que hay que tener una práctica de yoga aunque sea semanal, que sepas identificar tu cuerpo y que no entres en este tipo de posiciones sí eres principiante. Sí eres principiante, busca primero a tu profesor o maestro y déjate guiar.
Los backbends expresan una sensación de extensión y expansión hacia arriba y hacia afuera. Físicamente veremos las partes que intervienen, pero emocionalmente son posturas muy potentes de apertura de corazón que sí se despliegan con la profundidad apropiada no solo intervendrá el cuerpo físico sino nuestros estados mentales y emocionales.
Cuerpo Físico
Si ya has practicado yoga alguna vez, te habrás dado cuenta que simplemente en el saludo al sol ya hacemos extensiones de columna como por ejemplo bhujangasana o la cobra.
Empezamos integrando que los hombros siempre estarán lejos de las orejas, esto es algo que habrás escuchado mucho en una clase de yoga. Hombros hacia abajo y hacia atrás en todas las extensiones de columna o dicho más técnicamente aducción y rotación descendente de las escápulas y extensión y aducción de los hombros.
El gran trabajo de este tipo de posturas consiste en enfocarlo a la parte frontal del cuerpo, es imprescindible la expansión de la caja torácica, trabajo del core, estiramiento del psoas, apertura de cadera y activación del suelo pélvico. La manera de entrar en ellas es trabajar a través del centro y hacia arriba para alargar la parte frontal del cuerpo desde el suelo pélvico y de esta manera evitar la compresión de las articulaciones en la parte posterior de la columna.
La respiración juega un papel muy importante. Entramos inhalando y abriendo el pecho como se abre una flor, evaluando la postura, y exhalamos enraizándola con la activación del suelo pélvico que nos conecta con la tierra.
Moverse desde una columna desvitalizada y sin activación del suelo pélvico puede que te sea fácil sí eres de esas personas extremadamente flexible pero simplemente estarás haciendo una postura gimnástica y probablemente a la larga te ocasionarás una lesión al crear esa compresión sin orden ni concierto en las lumbares, en las glándulas suprarenales, etc…
Recuerda que si todavía no está en tu práctica no debes realizar esta última postura sin la ayuda de tu profesor o maestro.